miércoles, junio 15, 2005

GPS o el sistema de posicionamiento global

Algunos vehículos disponen de un pequeño computador que les indica su posición precisa y la ruta a seguir gracias al sistema de posicionamiento global (GPS: Global Positioning System). Este ordenador está directamente conectado con un satélite que informa al conductor, a medida que se desplaza, sobre su posición, sobre el itinerario a seguir, sobre el tráfico en las carreteras...

Gracias al GPS, los agricultores pueden trabajar de manera mucho más precisa en sus campos. Pueden tener en cuenta las diferencias que existen en el seno de un mismo campo, combinando la información procedente de los satélites y las obtenidas a partir del suelo. Las cosechadoras están equipadas con sensores que registran, en todo momento, la cantidad de trigo recolectada, así como su índice de humedad. Un ordenador almacena todos estos datos.

Por otro lado, una baliza fijada sobre el techo de la máquina está conectada a un satélite. Indica con gran precisión la posición de la cosechadora en el campo (en realidad, se trata de las coordenadas en longitud y latitud).

Combinando todos estos datos, el agricultor conoce con gran exactitud el volumen de la cosecha en función del punto del campo en donde se encuentre.

Con ayuda de un computador, es posible situar sobre un mapa realizado con imágenes vía satélite los resultados de la cosecha del campo. Si existen diferencias en el rendimiento entre las diferentes partes de una misma parcela, el agricultor podrá corregirlas, bien labrando la tierra de forma diferente, bien dosificando los abonos de otro modo. Los forestales de los países nórdicos utilizan el GPS para transmitir a los conductores de camiones la posición geográfica de los árboles que han sido talados. El GPS también participa en nuestra vida diaria, es utilizado por los aviones y los barcos y se está empezando a instalar en autobuses, camiones, taxis e incluso automoviles.

Una agricultura de precisión
El término agricultura de precisión designa los métodos de producción que hacen uso de las nuevas tecnologías, como las imágenes vía satélite, la informática y la robótica, para adaptar mejor las técnicas de cultivo a la naturaleza del suelo.
  • El satélite puede identificar los cultivos realizados en cada campo y permite, de este modo, conocer las superficies cultivadas.
  • Las imágenes vía satélite permiten seguir la evolución de los cultivos. Un cerealista también puede corregir las carencias de abono o de agua en un lugar concreto.
  • Gracias a estas imágenes, también es posible conocer de antemano el volumen de la cosecha siguiente.
  • Estas imágenes permiten seguir la evolución de determinadas enfermedades de las hojas para tratar únicamente las partes enfermas del cultivo.