Amigos, alumnos Programa Liderazgo MALLECO EMPRENDE, en ésta última sesión del Programa, el Profesor Fernando Roman nos hizo la invitación para soñar, tener un compromiso de "carrera" para construir el futuro, emprendendiendo, en colaboración por un Angol alegre y con mas valor en sus ofertas.
Para este desafío, les invito a visitar a
Mario Valdivia, que en la sección
"Habilidades fundamentales" de su blog, nos da pistas para mirar con tranquilidad y alegría esta declaración de Carrera.
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Pregunta: tienes un sueño. Todos tenemos sueños. Imaginamos posibilidades desafiantes, hermosas, que valoramos mucho, pero que debemos hacer algo, tal vez mucho, para convertirlas en realidad. Quizás imaginamos grandes posibilidades políticas que engloban a muchas personas, o soñamos con nuevos negocios, o imaginamos abrir posibilidades nuevas de índole más personal que quizás involucran a pocos más. Si mantienes tu sueño como una fantasía que solamente existe en tus conversaciones privadas silenciosas, nunca pasará nada que te acerque a éste y, tarde o temprano, la fantasía repetida se irá convirtiendo en frustración. ¿Cómo te comprometes con tu sueño para no condenarlo a ser una pura fantasía?
Respuesta: ¿recuerdas a
Martin Luther King? El dijo una vez en un gran discurso ante miles de activistas por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos: tengo un sueño. Y habló de su sueño de un País donde no existiera discriminación por razones raciales. Un sueño de un País donde se cumpliera por fin la visión de una Patria igualitaria y de seres libres que tuvieron sus fundadores, y la promesa cristiana de que todos los hombres son igualmente hijos de Dios. Ahora el sueño de Luther King se hizo público y tuvo la posibilidad de inspirar y movilizar a muchos otros. Se aglutinaron en torno a él como el visionario de un futuro mejor. Un gran movimiento social se desplegó después de a este discurso, produciendo un cambio en las fuerzas políticas en Estados Unidos en favor de reformas legales que reconocieron plenos derechos civiles a los negros en ese país.
¿Cómo me comprometo con un sueño? Lo declaro. Hago una declaración delante de todos los posibles interesados e implicados, que tengo un sueño que considero valioso. Mi declaración pública inventa - abre - una posibilidad ante y para otros. Al declararlo, otros tendrán la posibilidad de interesarse por el mismo sueño y todos quienes me escuchan podrán preguntarme por el estado de mi sueño cada vez que nos encontremos en adelante. La declaración me compromete con mi sueño de la única manera que se pueden tomar compromisos: tomarlos con otros.
¿Me asusta pensar que, al declarar mi sueño, tal vez estoy asumiendo promesas de tomar acciones concretas para hacerlo realidad? ¿Tal vez creo que al declarar mi sueño me comprometo a hacerle pedidos a otros que tomen alguna acción para hacerlo realidad? Te invito a interpretar la declaración pública no como un compromiso de realizar acciones todavía. Pensemos que, al declarar un sueño me comprometo a - y exclusivamente a - mantener abierta una posibilidad que valoro altamente. Si no la declaro públicamente, para todos los efectos prácticos esa posibilidad no existiría, o sea, no se encontaría abierta para nadie.